Día Internacional De La Alfabetización
Si alguien te dijera que los hijos de madres alfabetizadas son mas gorditos que los de las no alfabetizadas, pensarías que esa persona está mal de la cabeza, pero no es así. Lo cierto es que, en muchos países, uno de los indicadores de pobreza es el BPN (Bajo Peso al Nacer), y los resultados muestran que las mujeres alfabetizadas tienen hijos con mayor BPN que las no alfabetizadas. Una educación básica de las madres explica la reducción de la tasa de mortalidad de menores de 5 años en un increíble 50%.
Cada ocho de septiembre celebramos el Día Internacional de la Alfabetización y si miramos al mundo en general y a Mozambique en particular, hay poco que celebrar. Las estadísticas de la Unesco nos hablan de 773 millones de adultos en el mundo que no poseen las competencias básicas en lectoescritura. En el caso de Mozambique el analfabetismo tiene un rostro femenino con el 50% de las mujeres no alfabetizadas, frente a un 73% de los hombres. Estas cifras se incrementan sensiblemente en las zonas rurales con porcentajes cercanos al 90% para mujeres mayores de 25 años.
Mas allá de la cuestión de leer, escribir y contar, la alfabetización es un importante recurso para la autonomía, porque las personas alfabetizadas tienen la posibilidad de escoger un futuro mejor, al adquirir competencias esenciales que le servirán para adquirir otros conocimientos. Abre las puertas a la comunicación entre las personas, al conocimiento del medio, a la interpretación de
la realidad, al acceso a la cultura y a la participación en la construcción de la sociedad. La alfabetización tiene un profundo efecto sobre la autoestima de la persona, sobre su propia valorización, que depende de lo que piensa de sí misma y de como se ve a sí misma. Las personas con buena autoestima son más felices y tienen más posibilidades de éxito en la vida diaria.
Conocí a Zita Remigio en uno de los centros de alfabetización de Dignidad en Milange, Mozambique. El alumnado era mayoritariamente femenino y todas estaban ansiosas por mostrar las competencias adquiridas. Zita salió a la pizarra y, ante la expectación de todos comenzó a escribir su nombre: Zita Remigio. Alborozo generalizado y palmas acompañaron el final de su escrito. Parece nada, pero nunca olvidaré el rostro de satisfacción y orgullo de Zita frente a su nombre manuscrito en la pizarra. Zita era ahora una mujer nueva, capaz de enfrentar el futuro con determinación.
Dignidad lleva trabajando en alfabetización de adultos más de 20 años, principalmente en Mozambique. Literalmente miles de adultos, principalmente mujeres, han participado en los programas de alfabetización de Dignidad. Así, por ejemplo, en 2018 participaron en Milange 2.620 personas, de las cuales el 62% eran mujeres.
Actualmente estamos evolucionando en nuestras estrategias pedagógicas emprendiendo el desafío de la alfabetización en las lenguas locales de los alfabetizandos.
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