
Sin ellos, nada sería posible…
Hoy queremos rendir un sentido homenaje a todos los colaboradores que hacen posible que los proyectos de Dignidad ONGD en Mozambique salgan adelante. En los más de 30 años de trabajo de nuestra organización en proyectos de cooperación al desarrollo en el país africano, los recursos humanos han tenido un importante papel para el beneficio de nuestro objetivo que son los niñ@s vulnerables y desfavorecidos.
Durante todo este tiempo, se han fundado tres escuelas en barrios muy necesitados, dos de las cuales se localizan en zonas rurales donde no había ninguna posibilidad de escolarizar a la infancia de la comarca por las condiciones precarias y grandes distancias de las villas o ciudades. Proyectos que hoy en día siguen su curso como es el caso de la escuela completa de Marcação (provincia de Zambezia), la escuela primaria de Mihecane (provincia de Nampula) y la escuela completa de Sikwama en una zona más poblada (provincia de Maputo).
Si bien los protagonistas han sido nuestros niños y niñas, todo el personal de recursos humanos que ejercieron cargos en la coordinación de los proyectos, han sido en su mayoría personas con un gran corazón para ayudar a las comunidades a ser escolarizadas, dando no solo su servicio, sino abrazando la visión de Dignidad ONGD para llevar una educación de calidad con el respeto y la dignidad que se merecen adultos y niños.

En memoriam
Permitidnos hacer un especial homenaje, en estas líneas, al que fuera nuestro coordinador en Nampula, António Maningue Lavieque, fallecido hace unas semanas como consecuencia de un accidente de coche y que trabajó con nosotros durante más de una década.
El sueño del pastor Maningue fue que los niños de su congregación fueran escolarizados; un sueño que se hizo realidad.
Desde el año 2003 servía a su comunidad a través de su labor junto a Dignidad ONGD, con especial atención a la educación primaria. Así es como fue coordinador de todo el trabajo de construcción de la escuela primaria Dignidade de Mihecane, en el distrito de Ribàué en la provincia de Nampula, que comenzó en el año 2004.
Trabajó arduamente en la ayuda social con los alumnos más vulnerables con problemas serios de salud, a los que llevaba al hospital central de Nampula a casi 200 km en moto para su tratamiento médico en condiciones muy desfavorables. Además, desde el año 2019 era facilitador de la escuela bíblica SEAN en su congregación en Ribàué (Nampula) y posteriormente en Pemba (Cabo Delgado).
Actualmente visitaba los centros de refugiados en Cabo Delgado y estaba abriendo una congregación con el anexo de alfabetización de adultos en lengua materna en el barrio de Mieze, Pemba.
Desde aquí nuestro homenaje y agradecimiento a Dios por haber contado con personas como el pastor Maningue con convicciones firmes y fieles a la visión de la organización de ayudar a la escolarización de las generaciones venideras, los niños y niñas de las zonas rurales.
